Ejercicios de yoga

  • Cómo realizar respiración profunda durante el yoga

  • Sigue los siguientes pasos:
    • Sentados o acostados en el suelo primero llenamos la cavidad abdominal inhalando aire siempre hacia abajo, para luego presionando el aire de manera consciente lo enviaremos hacia las zonas inferiores.
    • Cuando nuestros pulmones se encuentran llenos de aire, lo mantendremos por un momento y presionaremos los hombros hacia atrás, expandiendo el pecho hacia delante para poder sentir la presión ejercida en el diafragma.
    • Ahora, contraemos el diafragma entero y lo hacemos desde la zona superior del pecho hasta llegar al abdomen, para poder expulsar el aire.
    Haciendo este tipo de respiración varias veces a través de la nariz, el flujo de la energía puede sentirse a través del diafragma.
    La respiración es igual a vida y  nos proporciona energía para todas las funciones de nuestro organismo.
    Por ello,  para tener una respiración adecuada se debe inhalar y exhalar por nariz, con respiraciones rítmicas, profundas y lentas, permitiendo que tanto la inhalación como la exhalación sean de forma natural iguales.
    Uno de los principales objetivos del Yoga es enseñar a las personas a recuperar una respiración natural, equilibrada y armoniosa.
    Una respiración correcta, profunda y completa, mejorará todas nuestras funciones físicas y mentales.
  • Yoga con respiración profunda

  • La mayoría de las personas no respiramos de forma adecuada, ya que lo hacemos superficialmente. Una de las formas para aprender a respirar correctamente es contando hasta cuatro lentamente y sentir cómo la respiración expande nuestra caja torácica, siendo el objetivo final llenar nuestro pecho de aire. Al terminar de contar hasta cuatro, debemos inhalar un poco más y mantener la respiración mientras nuevamente contamos hasta cuatro. Exhalamos y contamos otra vez hasta cuatro y cuando creemos que ya hemos expulsado todo el aire, aún debemos exhalar un poco más. Esta manera de respirar nos asombrará por su efectos, puede que al principio tengamos una sensación de quemazón en los pulmones, pero de inmediato la respiración se vuelve profunda y mucho más segura y en vez de contar hasta cuatro se cuenta hasta cinco, seis y así llegaremos a un estado de concentración que hará que los pulmones se acostumbren a esta nueva forma de respirar.
  • Dieta para practicar yoga

  • La dieta adecuada es unos de los aspectos fundamentales en la práctica del Yoga. Todo lo que proviene de manera directa de la tierra, el sol, el aire y el agua es más nutritivo y saludable que lo que proviene de manera indirecta del mismo. Por tal motivo, el recomienda comer de forma variada, sencilla, rica y con productos frescos, prefiriendo los alimentos orgánicos, sin agregado de productos químicos nocivos. Una alimentación vegetariana que incluya verduras, cereales, frutas, legumbres, hortalizas, productos lácteos y miel de abeja es la que se aconseja para quien se inicia en el Yoga, además de comer despacio, saboreando cada bocado y nunca en exceso. Los yoguis consideran nocivos para la salud los alimentos amargos, agrios, salados, demasiado calientes, secos, picantes y fuertes. El Yoga tiene sus fundamentos para apoyar este tipo de dieta. Desde el punto de vista arqueológico, las investigaciones demuestran que la especie humana originariamente, fue vegetariana. Desde el punto de vista ético, se respeta toda forma de vida, ya que es considerada como una manifestación de lo Divino sobre la tierra. Desde el punto de vista sutil y energético, se cree que la ingestión de carne animal, favorece la ira, el rencor y las conductas pasionales, al incorporar los sentimientos de temor, dolor, miedo y violencia sufridos por el animal ante la muerte. Desde el punto de vista económico, la cantidad de alimento que produce la carne de una vaca es muchas veces inferior a la cantidad de alimento vegetal que produce la plantación del espacio que necesita esa vaca para alimentarse. La opción por el cultivo, contribuiría a combatir el hambre y la desnutrición en el mundo.
  • Ejercicio de yoga para padres y bebés

  • Con estos sencillos ejercicios de yoga y estiramiento acompañados de una música suave,  con ellos conseguirás relajarte junto a tu bebé. La luna Este ejercicio consiste en abrir toda la zona lateral del cuerpo, que al crear espacio entre las costillas facilita la respiración y mejora el alineamiento de la columna. Mantened la postura y repetid cambiando de lado. Respirar mejor I Sentaos con las manos apoyadas contra la nuca. Soplad  flexionando hacia delante e inspirad estirando la espalda. Doble flexión hacia delante Postura que alarga la columna y estira la cara posterior del cuerpo. Este ejercicio facilita la circulación abdominal mientras masajea los órganos internos. El Abeto De pie con los brazos estirados elevad una pierna hasta apoyar la planta del pie sobre la rodilla. Juntad las palmas de las manos por encima de la cabeza, manteniendo la postura durante unos segundos. Repetir un par de series alternando las piernas. Respirar mejor II Para realizar este ejercicio hay que tumbarse de lado con la cabeza apoyada en la mano y las piernas flexionadas. Inspirad separando el brazo hacia arriba y soplad bajando el brazo flexionando tórax y abdomen.
  • Pose del pez

  • Siéntate con las piernas estiradas y reclínate sobre los codos arqueando el esternón y llevando el peso a la parte superior de la cabeza y las caderas. Agárrate los dedos gordos de los pies con los de las manos opuestas y respira profunda y prolongadamente durante dos minutos. La pose del pez es la pose suplementaria a la de la vela y el arado. Previene y corrige los hombros abombados y los cuellos desalineados. También estimula la glándula tiroide y el chakra de la garganta.
  • La vela y el arado

  • Túmbate boca arriba en el suelo asegurándote de que tu cuello está protegido por una superficie suave. En primer lugar, harás la pose de la vela. Para ello, eleva las piernas y el torso por encima de la cabeza apoyando las manos en las cintura y extendiendo las piernas y las caderas en línea recta. Practica el ejercicio durante dos minutos respirando profunda y prolongadamente. A continuación, desciende las piernas por encima de la cabeza para practicar la pose del arado, descansando los brazos en el suelo. Aguanta un minuto en esta posición para finalmente, descender las piernas y caderas poco a poco hasta estar tumbado en el suelo. Este ejercicio dobla y estira la columna, especialmente las vértebras del cuello y el tórax. Estimula la glándula tiroide y el chakra de la garganta. Relaja y revitaliza la columna.
  • Ejercicio de levantamiento

  • Acuéstate sobre la espalda y relájate durante un momento. Después dobla las rodillas y lleva los talones hacia las nalgas, manteniendo los pies planos en el suelo. Agarra los tobillos, y sujetándote a ellos, levanta lentamente las caderas arqueando la parte baja de la columna y alzando el ombligo hacia el cielo. A medida que vas levantando las caderas, inhala lentamente a través de la nariz. Mantén la respiración a medida que te estiras hacia arriba, levantándote todo lo que puedas de manera confortable, después relaja la postura lentamente hacia abajo mientras espiras por la nariz. Repite lentamente este alzar y bajar un mínimo de doce veces, sincronizando la respiración con el movimiento de las caderas, hasta un máximo de veintiséis veces incrementando poco a poco las repeticiones. Para terminar, inhala hacia arriba, mantén la respiración durante diez segundos, baja el ombligo hacia dentro y aplica la llave raíz. Después relájate estirando las piernas y siente los efectos revitalizantes de este ejercicio.
    Si no puedes agarrarte los tobillos, coloca los brazos por los lados y ayúdate de ellos para alzarte. Las personas con un historial de dolor en la parte inferior de la espalda deberían consultar con su médico antes de comenzar. Intenta dejar que tu respiración realice el trabajo: inhala mientras tus caderas estén arriba y exhalas bajándolas. Este ejercicio automáticamente hará que respires de forma profunda. Mantén los ojos cerrados en éste y otros ejercicios para poder sentir el movimiento rítmico de tu cuerpo, sin distracciones visuales. Descansa sobre tu espalda durante dos minutos después del ejercicio y disfruta de su efecto revitalizador.
    Este ejercicio relaja la tensión abdominal. Te da un aporte inmediato de energía que puede durar todo el día. También estimula tu glándula tiroide. Permite una respiración más profunda y agranda tu nivel de energía. Moviliza tu energía de la parte inferior a la parte superior de la columna.
  • La gata y la vaca

  • Colócate sobre las manos y las rodillas, con las rodillas alineadas con los hombros y paralelos al suelo. Inhala mientras flexionas tu columna hacia abajo y alzas la cabeza. Exhala mientras arqueas la columna con la cabeza hacia abajo. Mantén los brazos estirados. Continúa rítmicamente con una respiración potente, incrementando la velocidad de forma gradual a medida que tu columna se vuelve más flexible durante tres minutos. Para terminar, inhala en la postura de la vaca, mantén la respiración, alza la energía por la columna con la llave raíz. Exhala y relájate sobre los talones. Siéntate en quietud y permite que el ritmo respiratorio disminuya. Siente circular la energía.
    Este ejercicio se le conoce como el quiropráctico del Kundalini. Cunado se practica con regularidad garantiza soltura a la columna y la ajusta.
  • Estiramientos del nervio vital

  • Con las piernas estiradas hacia delante, lleva el pie derecho al muslo izquierdo, doblándote lentamente sobre la pierna izquierda para cogerte el pie o el tobillo (o cualquier zona que te sea confortable), manteniendo la rodilla estirada en el suelo. Haz una respiración profunda y prolongada. Repite el ejercicio durante dos minutos hacia cada lado. Para finalizar, inhala profundamente y exhala varias veces estirándote un poquito más. Después álzate lentamente.
  • Estiramientos alternos de pierna

  • Separa las piernas y cógete los dedos gordos o cualquier otro sitio de la pierna donde te sea posible mantener estiradas las rodillas. Inhala en el centro y exhala bajando a la pierna izquierda, inhala hacia el centro y exhala hacia la pierna derecha. Muévete desde las caderas parar abrir la pelvis. Evita doblar y arquear la parte superior de la espalda. Mantén la columna confortablemente recta y realiza un buen estiramiento de la espalda. Haz que los músculos se suelten, pero no los fuerces. Continúa con una respiración potente durante los dos minutos que debes practicar el ejercicio. Para terminar, inhala hacia el centro, mantén la respiración, aplica la llave raíz y después relájate. Junta las piernas y rebótalas de arriba a abajo un par de veces para relajar y masajear los músculos.